Reunidos en una multitud, los jujeños fueron parte ayer del homenaje y misa al beato Pedro Ortiz de Zárate, uno de los Mártires del Abra de Zenta en 1683 cuando fue ejecutado por los aborígenes a quienes buscaba evangelizar.

Obispos de todo el país estuvieron presentes, luego de que el misionero jujeño y el jesuita Juan Antonio Solinas fueran beatificados el sábado en Orán junto a otras 18 personas, en una ceremonia encabezada por el enviado Papal, cardenal Marcello Semeraro. También asistieron el gobernador Gerardo Morales, el vicegobernador Carlos Haquim y el intendente local Raúl “Chuli” Jorge, entre otros funcionarios e invitados.

El Obispo César Daniel Fernández manifestó reiteradamente su emoción diciendo que “nos llena de orgullo sumar a Pedro Ortiz de Zarate al libro de oro del pueblo jujeño”. “Don Pedro abrazó todos los estados de vida y todo lo hizo con amor. La vida que recibimos de Dios no es para gastarla con cualquiera, emprendemos día a día la tarea de ser mejor persona”, definió el monseñor.

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